Existe una DISFEMIA EVOLUTIVA, que se da en torno en torno a los 2-4 años, debido al desfase entre el pensamiento y la capacidad para hablar.
¿Qué debemos hacer para ayudar a los niños en estas situaciones?
- No hay que angustiarse con la manera de hablar. Los niños captan rápidamente los estados de ánimo.
- Escuchar pacientemente lo que el/la niño/a dice, y no cómo lo dice.
- Dejar al niño/a completar la idea, no interrumpir ni terminar la frase.
- No transmitir impaciencia o nerviosismo.
- Dejar que el/la niño/a utilice sus propias palabras.
¿Qué NO debemos hacer para ayudar a los niños en estas situaciones?
- Completar las oraciones y/o “adivinar” lo que el/la niño/a quiere decir.
- Apresurarlo para que termine de expresar sus ideas.
- Interrumpirlo mientras habla.
- Fomentar o pedirle que hable con rapidez y precisión todo el tiempo.
- Corregirlo con frecuencia, criticar o tratar de cambiar la forma en que habla o pronuncia sonidos y/o palabras.
- Hablarle con ritmo acelerado, especialmente cuando se le ha dicho que él/ella debe hablar más despacio.
- Hacer que el/la niño/a lea en voz alta, recite o se exponga a hablar forzadamente frente a amigos, parientes, vecinos, etc.